sábado, 30 de enero de 2010

EL DÍA QUE ME QUIERAS


El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cristalinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano cual rubias hermanitas,
luciendo golas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas,
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirá su inocente
postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras,
y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de los lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa; cada arrebol, miraje
de "Las Mil y una Noches"; cada brisa un cantar,
cada árbol una lira, cada monte un altar.

El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.


Amado Nervo, 1915


PD: este poema es la semilla de -El día que me quieras- de Le Pera y Gardel. Dos obras maravillosas -Raul Fontanarrosa-

domingo, 24 de enero de 2010

Cecilia


Cecilia dice siempre lo que piensa
y casi nunca piensa como yo,
si tengo hambre busca en la despensa

y me guisa unos besos con arroz.

Cecilia duerme bien acompañada
porque a menudo la acompaño yo,
cuando se harta de estar enamorada

le regalo -un vestido y un amor-.

Mi gozo, mi veneno, mi pasión.


Cecilia tiene algunas fantasías
y algunas fantasías tengo yo,

le cambio las suyas por las mías

y se hacen realidad entre los dos.


Cecilia sabe tanto de la vida

porque ha vivido tanto como yo,

cada sábado bronca y despedida,
cada domingo reconciliación.

Me gusta hablar con ella sin hablar...


Tengo una novia

de buena familia

con filias
y fobias,
cristal y vereda.


Tengo en mi cama
una Venus en llamas,
una duda desnuda,
una mina de seda.


Pupele mía,
rayito de sombra,

gatito de alfombra,

Palermo y Gran Vía.
Mi sueño, mi vigilia,
mi adicción... Cecilia.


Cecilia busca amores imposibles,

por eso fue posible nuestro amor,
Cecilia, tan altiva y tan sensible,
tan diva y tan de nadie como yo.


Mi gozo, mi veneno, mi pasión...
Tengo una novia de buena familia
con fobias
y filias, cristal y vereda.

Tengo en mi cama
una Venus en llamas,

una duda desnuda,
una mina de seda.

Pupele mía,

rayito de sombra,

gatito de alfombra,
Palermo y Gran Vía.


Mi sueño, mi vigilia,
mi adicción... Cecilia


Fito Paez

lunes, 18 de enero de 2010

LLAMADO POR LOS MALOS POETAS

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!


Rodolfo Fogwill



PD: aprovechemos que Fogwill es un cínico regalando su voz y su poesía para la empresa más aberrante del planeta (Coca cola) para difundir poesía. Frase que me quedo marcada a fuego es "la realidad es un ensueño compartido". -Raul Fontanarrosa-

viernes, 8 de enero de 2010

Volviendo a las raíces

Esta es un fragmento de una carta que le mandó Mijail Bakunin a su hermano, Pablo.


París, 29 de marzo de 1845.


Soy el mismo, como antes, enemigo declarado de la realidad
existente, sólo con esta diferencia: que he cesado de ser

teórico, que he vencido, en fin, en mí, la metafísica y la filosofía,
y que me he arrojado enteramente, con toda mi alma, en el
mundo práctico, el mundo del hecho real.

Créeme, amigo, la vida es bella; ahora tengo pleno derecho
a decir eso, porque he cesado hace mucho
de mirarla a través de las construcciones teóricas y a no conocerla más que en
fantasía, porque he experimentado efectivamente muchas de
sus amarguras, he sufrido mucho y he caído a menudo en la
desesperación.

Yo amo, Pablo, amo apasionadamente: no sé si puedo ser
amado como yo quisiera serlo, pero no desespero; sé al menos
que se tiene mucha simpatía hacia mí; debo y quiero merecer el
amor de aquella a quien amo, amándola religiosamente, es decir,
activamente; ella está sometida a la más terrible y a la más
infame esclavitud y debo libertarla combatiendo a sus opresores
y encendiendo en su corazón el sentimiento de su propia
dignidad, suscitando en ella el amor y la necesidad de la libertad,
los instintos de la rebeldía y de la independencia, recordándole
el sentimiento de su fuerza y de sus derechos.

Amar es querer la libertad, la completa independencia de
otro; el primer acto del verdadero amor es la emancipación
completa del objeto que se ama; no se puede amar verdaderamente
más que a un ser perfectamente libre, independiente, no
sólo de todos los demás, sino aun y sobre todo de aquel de
quien se es amado y a quien se ama.

He ahí mi profesión de fe política, social y religiosa, he ahí
el sentido íntimo, no sólo de mis actos y de mis tendencias
políticas, sino también, en tanto que puedo, el de mi existencia
particular e individual; porque el tiempo en que podrían ser
separados esos dos géneros de acción está muy lejos de nosotros;
ahora el hombre quiere la libertad en todas las acepciones
y en todas las aplicaciones de esa palabra, o bien no la quiere
de ningún modo; querer la dependencia de aquel a quien se
ama es amar una cosa y no un ser humano, porque no se distingue
el ser humano de la cosa más que por la libertad; y si el
amor implicase también la dependencia, sería lo más peligroso
e infame del mundo, porque sería entonces una fuente inagotable
de esclavitud y de embrutecimiento para la humanidad.
Todo lo que emancipa a los hombres, todo lo que, al hacerlos
volver a sí mismos, suscita en ellos el principio de su vida
propia, de su actividad original y realmente independiente, todo
lo que les da la fuerza para ser ellos mismos, es verdad; todo el
resto es falso, liberticida, absurdo. Emancipar al hombre, he
ahí la única influencia legítima y bienhechora.

Abajo todos los dogmas religiosos y filosóficos –no son más
que mentiras–; la verdad no es una teoría, sino un hecho; la
vida misma es la comunidad de hombres libres e independientes,
es la santa unidad del amor que brota de las profundidades
misteriosas e infinitas de la libertad individual.




Mijail Bakunin (1814-1876), nacido dentro de una familia
aristocrática rusa, recorrió Europa como militante y como exiliado,
fue uno de los fundadores de la Asociación Internacional
de Trabajadores o Primera Internacional y escribió varios
de los libros más importantes del pensamiento anarquista, entre
los que se destaca Dios y el Estado. Este fragmento de una
carta a su hermano Pablo, fechada en París el 29 de marzo de
1845, fue publicado en El amor libre: la revolución sexual de
los anarquistas, Rodolfo Alonso Editor, Buenos Aires, 1973.


PD: Todos los pibes leimos alguna vez DIOS Y ESTADO de Bakunin, no es un libro para interpretar la sociedad de hoy, pero hay en el frases e ideas sobre la libertad, que no he olvidado. Asi que os invito a leer algo de este pensador, que mas alla de su posicion politica fue un pensador digno de emborracharse de él. -Raúl Fontanarrosa-

sábado, 2 de enero de 2010

Mi pito pide mear
y cumplo su deseo
(y si no, me muero)
sé que no estoy acá
hasta el baño voy,
me bajo los lienzos,
abro la canilla para
que me den ganas
Ivan pregunta:
¿qué estoy buscando yo?
(no seas cortamanbo)
me río y le digo: tu yo.
"tuyo es el reino
tuyo el poder,
y la gloria
por siempre señor".


PD: dedicado a los pibes que estan ahora en la casa del padre del gordo, pasandola de 10 en rincón :p,
-vieja, se termino el champagne ¿vamos a comprar otro?
-dale, vamos ya. -EARF-