tu sombra que aparece en el espejo
y me nombra, me llama sin palabras,
me evoca a gritar exhibiendo
la alegria del carnaval
que brota de lo más profundo
de la tierra que germina hijos del odio, y
“la venganza es un trato tan inútil”.
El ego en el espejo sin reflejo,
parece que hasta mi sombra
escapa de mi, corre, huye,
es sabio quien lo hace,
no esperes a que vuelva contigo
esta noche en penumbras,
agobiado de amor, dejo estas
aladas palabras que llenan el corazón
de guía, de suerte de brújula,
de magnético Norte jamás señalado,
perdido, aún sin hallar el rumbo, mi camino,
buscando ese “no se qué” de la vida,
por aquella casualidad que me llevó
pero dejó lágrimas sobre esa carta
que trata sobre el secreto de la vida,
que ya no era mía, ni tuya,
ya no existía una realidad individual.
Solo una verdad indivisible: vos y yo: nosotros.
-Raúl Fontanarrosa-
No hay comentarios:
Publicar un comentario